Portada, Zona Sur

El viaje de Xolotzin, el alebrije sin apoyo gubernamental

 

Tlaquiltenango, Morelos; 14 de octubre de 2019. Xolotzin nació un día que a Esmeralda se le ocurrió hacer su propio alebrije para participar en el Desfile de Alebrijes Monumentales en la Ciudad de México. De profesión artista visual y poseedora por un gusto particular por el cine, aficionada a las artes populares,  admiradora del trabajo de los cartoneros y el mundo visto a través de los alebrijeros, Esmeralda emprendió su aventura sin detenerse a pensar mucho en el desinterés de las autoridades para el arte.

En las costillas de una casa sacudida por el sismo en el barrio de Tlayehualco, a la sombra de un guamúchil se eleva una cola de pez en un cuerpo que se mueve en ondas; la cabeza aparte, se perfila como un perro guerrero, el mítico Xóloitzcuintli que en las culturas nahua y maya se sabe era fiel acompañante del humano, alimento ritual que en ocasiones era sacrificado en sustitución del hombre, y de quien también se cree, acompañará a su amo a cruzar el Mictlán, el mundo de los muertos.

La transición de perro a un ser de agua, un pez, un ajolote, incluso una ballena, es el tema de Esmeralda Pozas, José Luis Ríos, Meritxell Crespo, Germán Guevara, Edgar Castrejón, Lucila Martínez y Omar Herrera, que integran el colectivo “Zacatlaqui”.

Son más de la 7 de la tarde, entre el mundo de los muertos y la fe cristiana se está forjando un sueño que tuvieron, no una, sino siete personas; a 50 metros está en panteón municipal y enfrente de la casa de Esmeralda, una Iglesia antiquísima.

El 4 de octubre Esmeralda lanzó un llamado de ayuda, pedía apoyo de cualquier tipo, en manos o en especie, material, pintura, algún pincel que ayude a seguir formando al ser extraño que, como el tallador de madera o de piedra, no son las manos quienes crean, son las creaciones las que piden ser liberadas para manifestarse como son.

El colectivo Zacatlaqui lo conforman personas de los municipios de Zacatepec y Tlaquiltenango, movidos por el entusiasmo de crear, de proponer y mostrar este tipo de arte popular para hacer comunidad, acudieron con oficios y fichas descriptivas de lo que su proyecto podía representar y los alcances sociales que pudieran tener a las Direcciones de Cultura, Turismo e incluso Educación de ambos municipios y en ambos recibieron el hastío de las autoridades de quienes se suponen tendrían que propagar, difundir y apoyar el arte y cultura en sus diferentes manifestaciones.

“Teníamos la esperanza de que las nuevas autoridades tuvieran la apertura para trabajar de una manera diferente, lo hicimos de la manera más directa presentando oficios con fotografías y el escrito tal cual, explicando que éramos un colectivo pero no hubo la respuesta que esperábamos, sí hubo cierto interés de la gente de en medio pero ya de la gente que le toca tomar las decisiones no hubo interés”, comentó Esmeralda Pozas.

Mientras que José Luis Ríos motivado por la emoción de ver cómo un montón de material iba tomando forma en sus manos fue a Zacatepec a pedir apoyo, “hacer el alebrije es algo nuevo pero como siempre te topas con pared. Si lo veo un poco preocupante porque de plano no les interesa, no sé de qué se trata entonces su trabajo, presentamos el oficio y era una simple hoja y ni siquiera se toman el tiempo de leer, ya ahí te das cuenta que ni siquiera les interesa saber”.

El desinterés de las autoridades es obvio cuando quienes están al frente de las Direcciones de Cultura o Arte, son personas ajenas a estos temas, son pagos de favores para amigos o familiares y una gran decepción y frustración para quienes buscan proponer algo a favor de la comunidad.

Aun sin apoyo gubernamental “Xolotzin” va al Desfile, ya tiene número de participante para caminar por la Gran Ciudad, el antiguo Tenochtitlán.

Xolotzin ya nació y va a participar en el Desfile, a pesar de la indiferencia de las autoridades de Cultura.

 

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