Yesenia Daniel
Cuernavaca, Morelos; 25 de noviembre de 2019. En Morelos se produce la tercera parte de la producción de la flor de nochebuena de todo México; y de Tetela del Monte sale prácticamente la mitad de esa producción, es decir, medio millón aproximadamente. Este pueblo, uno de los doce que existieron en la villa de Cuauhnáhuac, tiene una historia ya caminada en la producción de plantas ornamentales, su clima, tierra y agua son los ingredientes idóneos para la supervivencia de flores bellísimas que han sido tentación de muchos jardines.
En 1949 el multimillonario sueco Axel Wenner Gren vino a México y se estableció en Cuernavaca, aquí pidió al japonés Mario Oguri, encontrar el lugar en donde el clima fuera el ideal para establecer un vivero, así encontró Tetela del Monte, y fundó el Jardín Cortés, el primer vivero en Tetela del Monte, que actualmente es la zona residencial de Rancho Cortés.
“Toda la gente de aquí empezó a trabajar ahí, el vivero duró unos diez años y luego cerró, luego empezaron a surgir los viveros en Tetela, los primeros de nuestros padres y abuelos que empezaron a hacer la actividad; es más de medio siglo trabajando en el viverismo”, explica Rosalío García Mariscal, cronista independiente del pueblo.
La calle agua azul en la avenida Calzada de los Reyes, al norte de Cuernavaca, da entrada a un recoveco para llegar a este pueblito que resiste la urbanización moderna en donde cada vez se ven más edificios verticales y tiendas de autoservicio; el clima se percibe puro y fresco, aquí se siente la Cuernavaca de las barrancas que engancharon a varios extranjeros.
La geografía del lugar, sus caminos angostos y ondeantes como la famosa barda de John Spencer, impiden que camiones grandes de carga puedan entrar a Tetela del Monte para llevarse la mercancía, Tetela tiene la mejor flor de nochebuena atrapada como una espina en su rosal, y a pesar de que autoridades van y vienen a través de los años, ninguno de ellos ha apoyado el producto que con tanto orgullo presumen y que a los viveristas les cuesta mucho comercializarlo; lo mejor para ellos sería instalar un centro de distribución como lo han hecho otros polos de comercio con facilidades de acceso en esta misma entidad morelense, como Cuautla, que ha acaparado el mercado local.
José Antonio García Mariscal, del vivero El Bosque explica por qué la flor de nochebuena de Tetela del Monte es la mejor: simplemente por la bondad de la tierra y el cuidado de los viveristas, la flor de nochebuena se adapta a los climas fríos y también cálidos, es resistente por las condiciones climatológicas de donde nació, “no se duerme” como suele pasar con las plantas que se crean en ambientes artificiales que generalmente se venden por montones en los supermercados y que provienen de estados del norte del país, otro dato curioso es que el mismo ayuntamiento de Cuernavaca compra nochebuenas de fuera para adornar camellones o espacios públicos, un gesto que dennota el menosprecio de las autoridades a sus productores porque les sale más barato o ya tienen convenio por otro lado a pesar del discurso de apoyo.
Llegamos al vivero El Bosque, negocio familiar de los García Mariscal, hace 12 años en otra entrevista, Rosalío, hermano de José Antonio, nos compartía prácticamente los mismos problemas que siguen teniendo los viveristas: la comercialización sigue siendo lo más difícil, saben que tienen un producto de excelencia (lo mismo sucede con el arroz morelense) pero sus recursos económicos, a veces sus ahorros de muchos años, son insuficientes para comprar camiones grandes de carga, tampoco podrían comprar una nave para distribución, “sí ha habido propuestas de apoyo, nos dicen `nosotros ponemos una parte, ustedes pongan 5 o 6 millones de pesos ¿de dónde?”, expresa José Antonio, quien detalla que la venta de nochebuena, si bien les va, les dejará un mínimo de ganancia que le permitirá volver a sembrar, como pasa con la mayoría de los campesinos.
El año pasado, por razones diversas, no vendió una parte de su producción, apunta con su mano una nave amplia con un fulgor de rubí repleta de plantas, una parte de esas bellas flores no se vendieron pero este año parece que va bien, o al menos mejor que el año pasado.
El mayor mercado para los viveristas de Tetela del Monte es la gente de Cuernavaca y los municipios de alrededor, así como algunos distribuidores e intermediarios que duplican los precios del productor.
La semilla de Axel Wenner Gren dejó un modo de vida para los habitantes de Tetela en donde hay decenas de viveros con flores, arbustos y plantas de ornato, una más bella que la anterior. En el vivero El Bosque, por el momento, no hay otra planta que no sea la nochebuena, las hay rojas, rosas, rojas jaspeadas con amarillo, blancas, de rehilete, de escritorio, macetones, colgantes y la de 6 pulgadas, que es la que más se vende.
En febrero inicia la producción de los macetones que son los más grandes, posteriormente la de 7 y 8 pulgadas, las colgantes en mayo, y en junio la de 6 pulgadas.
La venta fuerte inicia a partir del 20 de noviembre y concluye prácticamente el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe.
Antes se creía que el color característico de la flor de nochebuena se lo daba el frío porque sus hojas se pintan en el invierno, después los productores descubrieron que no era el frío lo que motivaba el color, sino la luz; cuando se aproxima el invierno y las noches son más largas la planta empieza a cambiar de color, por eso las culturas prehispánicas consideraban que esta flor, la llamada “cuetlaxóchitl” que en náhuatl significa “flor de pétalos resistentes como el cuero”, era mágica y la ofrecían como ofrenda.
Los productores de Tetela mantienen los precios desde hace al menos dos año: la de 3 pulgadas (o de escritorio) está en 15 pesos, la de 4 pulgadas en 18, la de 5 pulgadas anda en 20 pesos, la de 6 pulgadas en 25, la de 7 en 50, las colgantes desde 100 hasta 150 pesos, los macetones en 300 y pueden sobrepasar los 500 pesos dependiendo del tamaño, pero estos siguen siendo precios accesibles tomando en cuenta el trabajo de meses que representa el cultivo de la flor.
Viveristas no pueden reproducir la planta sin comprarle a Estados Unidos.
La flor de nochebuena es endémica de Tetela, las especies silvestres todavía se pueden hallar –con algo de suerte- en las barrancas o zonas agrestes. En el año 2006 con el apoyo de las autoridades municipales se logró el registro de origen de la especie valenciana, una variedad de sol.
“El municipio de Taxco nos peleaba el origen de la nochebuena pero nosotros tenemos el registro. La nochebuena es de Tetela”, comentan los viveristas.
El que la flor de nochebuena se tenga que comprar a Estados Unidos para reproducirla se remonta al período entre 1825 y 1830 cuando el embajador Joel Roberts Poinsett se llevó de aquí la planta criolla a Estados Unidos y a partir de ahí es donde han surgido todas las variedades de nochuebuenas de sombra que se producen actualmente, Estados Unidos y otros países que han sacado variedades y registrado las patentes, distribuyendo en todo el mundo los esquejes, que por decirlo de una forma coloquial serían las semillas -de hecho los tallos- de la nochebuena.
E irónicamente los productores de Tetela no pueden exportar la planta a Estados Unidos por las normas sanitarias que existen al respecto.
Círculo Verde ornamental
José Antonio preside la Asociación Civil Círculo Verde ornamental, con 60 agremiados, la mayoría viveristas, pero también con la participación de otras personas con actividades diferentes que buscan llevar beneficios a su pueblo, Tetela del Monte.
En Tetela se producen 500 mil plantas por año, hay 250 productores ornamentales y de ellos, 120 específicamente de flor de nochebuena; la producción de esta flor es la actividad económica más fuerte, la temporada de mayor actividad económica también.
“Somos productores y generamos fuentes de trabajo directo y otros de manera indirecta como en el ramo de transporte, alimentos”.
Y a pesar de ello las autoridades no consideran su trabajo, a la fecha los productores ornamentales no han recibido el apoyo del Fondo de Aportaciones Estatales para el Desarrollo Económico (FAEDE) que debieron haber recibido desde el mes de junio o julio de parte del ayuntamiento de Cuernavaca.
“Es poco el recurso pero los productores lo usamos para comprar bolsa, por ejemplo; ahorita ya es noviembre y no hemos recibido nada, si no se usa el dinero se supone que se debe regresar pero no sabemos de las autoridades; para Tetela son casi 800 mil pesos repartidos entre todos los productores, supimos que hubo problemas en el municipio, que corrieron al director y el proveedor lo están escogiendo los regidores y se supone que nosotros tendríamos que escogerlo”.