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El bailarín jojutlense Irving Martínez Morales, gana el Premio Estatal de Derechos Humanos «Lic. Carlos Celis Salazar»

Irving el ganador
Irving el ganador

Por Yesenia Daniel

Cuernavaca, Morelos, México; 10 de diciembre de 2020. El bailarín jojutlense Irving Martínez Morales, recibió este día de manos del presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHEM), Raúl Israel Hernández Cruz, el premio estatal de Derechos Humanos «Lic. Carlos Celis Salazar», por su labor de la promoción efectiva de los derechos humanos y el impacto de estos en la sociedad.

Irving Martínez Morales, es bailarín profesional, egresado de la Academia de la Danza Mexicana (ADM) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), iniciando en el Plan especial para varones, y posteriormente, la Licenciatura  en Danza  Multidisciplinaria, bajo la dirección de la maestra Lidia Romero.

Es fundador, director, maestro y coreógrafo de Revoltade Dance Center (RCD) un grupo que él construyó desde abajo iniciando clases en su casa acondicionando un espacio con espejos y barras en la colonia Higuerón, en el municipio de Jojutla; es también director y coreógrafo de la compañía de Artes Escénicas Raíces de Jojutla, fundada en 2009, y forma  parte del claustro de maestros del Grupo Educativo Colegio Reforma del Sur, también en Jojutla.

Actualmente Irving Martínez Morales cursa la licenciatura en Derecho y es aquí donde convergen estos dos elementos que lo ha llevado a la divulgación y la promoción de los Derechos Humanos que ya desempeñaba desde antes a través del arte.

Por ejemplo en octubre de 2017 este joven maestro vivió el dolor de perder a dos de sus alumnos a manos de la delincuencia organizada. Las marcas de que habían sido atrapados por las bandas criminales que se disputan “la plaza” en la zona sur de Morelos, eran inequívocas, sus cuerpos fueron abandonados afuera de un balneario en Zacatepec, uno de ellos decapitado.

El maestro de danza sabe que el arte y la educación sí transforman vidas, pero asegura que todo es parte de un proceso y de un cambio de mentalidad y de disposición.

«Hoy tenemos la ventaja de tener a los chicos acá y de distraerlos de esta violencia que ha arreciado desde hace tiempo. Déjame decirte que no es que la danza salve, pero teníamos chicos que lamentablemente hoy ya no están porque nos los arrancó el narcotráfico, es muy fuerte que niños de 15 años que eran del  grupo y bailaban con nosotros fueran asesinados, desgraciadamente no los pudimos salvar, no los pudimos sacar a tiempo», lamentó Irving en aquel momento.

Una de las últimas actividades que realizó antes del inicio de la pandemia de coronavirus, fue la Jornada de la Paz y el Desarrollo Comunitario, movimiento realizado por el Gobierno del Estado donde compartió con niños y jóvenes, a quienes explicó la importancia de reconocerse, amarse y valorarse a través de la expresión corporal, y como a través de su cuerpo –su principal herramienta-, se puede crear arte; en este sentido comprobó nuevamente que la danza y la cultura son sumamente necesarios para el desarrollo para la integridad de una persona, y por ende de una sociedad más sensible y tolerante.

Como promotor de Derechos Humanos, aún sin proponérselo, de manera temprana promovía los Derechos Humanos con sus alumnos a quienes les ha enseñado la importancia de ser felices, de aceptarse y amar su cuerpo y de respetar la identidad, espacio, preferencias y opiniones de otras personas.

En esta lucha de acercar el arte a las infancias y juventudes de Jojutla y la zona sur, el bailarín Irving Martínez Morales, ha ofrecido sus clases con precios simbólicos y becado a niños y niñas con apoyo de instituciones públicas, con la convicción de que el arte debe ser también un derecho humano.

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