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Comienza la filmación de Tierra de Salvajes en Jojutla

Tierra de Salvajes2
Tierra de Salvajes2

Por Máximo Cerdio

Jojutla, Morelos, México; 25 de agosto de 2021. El tan esperado inicio de la filmación de Tierra de Salvajes en Jojutla no se realizó el día, la hora y en el lugar programado, se procedió con el plan B.

Por razones desconocidas, el primer día de filmación es un desmadre, pasa de todo y a veces ni siquiera se puede filmar, según me advirtió Leonardo Martínez Soriano, productor de la película. Las primeras escenas se comenzarían a filmar a las 9 de la mañana en Laureles del rancho de la familia Olvera Mastache. Eran algunos parlamentos entre varios hombres. No llegaron dos actores y se decidió posponer el inicio para el día siguiente, pero Liliana Moreno tenía que regresar a Ensenada y el director José Luis Vera Alamillo se vio obligado a comenzar el rodaje en otro lado.

Todo el elenco se tuvo que mover a un racho llamado los Gavilanes, en Tlatenchi.

Las primeras escenas de Tierra de salvajes se filmaron a las 12:45, la bestia solar comenzaba a tomar fuerza.

Un grupo de tres malosos llega en una camioneta y le cierran el paso a una chica que pasea en un caballo. Cuando ve que los malos se bajan de la camioneta empuñando armas, la chica saca una pistola, se baja del cuaco y, junto con un desconocido que llega en su auxilio, enfrenta a los hombres y les dan muerte.

Después, hay un diálogo entre la chica y su salvador.

Parte del elenco se guarecía del brutal sol debajo de unos árboles, los demás ayudaban con el micrófono, la claqueta, algunas armas de utilería, sangre en una botella de pet.

Se repitió, al menos cuatro veces, el enfrentamiento entre los tres malos y los dos buenos. Al fin quedó.

Se filmaba la escena donde la víctima y el rescatador se conocen y platican, cuando a lo lejos se escuchó uno de los versos más conocidos del cantautor José Alfredo Jiménez:

-¡Ayayayay la vida no vale nada!

Tierra de salvajes1
Tierra de salvajes1

El director estaba algo molesto porque no comenzaron a filmar a la hora convenida ni la escena programada ni en el lugar acordado, y había pedido silencio.

Nadie había visto al hombre que gritó, pero por si las moscas el director comenzó a acelerar para terminar antes que fuera interrumpido.

A lo lejos, todos observaron a un hombre bajo de estatura, robusto, iba sosteniéndose, más que empujando, un triciclo viejo, con fierros o cosas recicladas dentro.

Avanzó por un camino de terracería en silencio y pasó el claro donde siete u ocho personas trabajaban preparando la escena final.

Cuando estuvo frente a todos se suspendió su paso, y subiendo el tono de su voz, comenzó a reclamar:

-¡No tienen madre! ¡Subió el pasaje y hasta el pepino subió. ¡El pepino siempre ha sido bien barato, pero hasta el pinche pepino subió!

Cuando el director, su equipo técnico y los actores vieron que la intención del ebrio era interrumpir y llamar la atención, suspendieron el diálogo.

Entonces, el beodo, pensando que era una entrevista de algún noticiario exigió:

-¡Digan la verdad, no la oculten! ¡Eso es lo que me encabrona a mí, que nos mientan!

Uno de los actores, con la pistola de utilería en la mano, ya molesto porque el hombre no se movía ni dejaba de reclamar, le pidió que por favor dejará trabajar, que se retirara por donde había venido.

Tierra salvajes3
Tierra salvajes3

El borracho dejó el triciclo, se acercó zigzagueante y envalentonado; pero se detuvo en seco cuando vio que en el grupo había por lo menos tres personas armadas (con pistolas de utilería que para él eran reales):

-Pinches ojetes. Armados cualquiera, sólo porque traen pistola, si no me los madreaba a todos –dijo retador.

El más joven de los muchachos que sostenía la claqueta al director ya se le iba a ir encima con la intención de «regresarle el juicio» a chingadazos, pero lo detuvieron.

Quizá satisfecho porque había encarado a personas armadas, los había retado, no a uno por uno sino a todos juntos y nadie tuvo el valor de liarse a golpes con él porque seguramente lo midieron y vieron que era mucha pieza y que “traía con qué quererlos”, el borracho regresó a su triciclo. Con las garras del sol clavadas en la nuca, caminó lento y lleno de silencio hasta desaparecer por donde había llegado.

La escena final de esa locación se filmó y el elenco regresó a Laureles del rancho, en donde se grabaron otras escenas de Tierra de salvajes.

El día 2 se grabaría en la colonia Tres de Mayo, en Tlaquiltenango.

 

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