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A dos Años del primer caso de Covid-19 en el país y la Escuela 

 

El Pizarrón y la butaca*

El 28 de febrero del 2022 se cumplieron exactamente 24 meses de la confirmación oficial del primer caso de Covid en México, la aparición del virus de Covid-19 para finales del mes de noviembre en la lejana región de China tomó al Gobierno de la cuarta transformación minimizando la situación. En Educación al frente de la Secretaría- el que posteriormente se conocería como YouTuber educativo- restó gravedad a lo que acontecía al otro lado del orbe y enunció acciones breves como estar atentos al acontecer diario en esos días de 2020, en ese sentido anunciaba que las escuelas continuaría siendo espacios seguros para las niñas y los niños de nuestro País, en el Estado de Morelos no lejos de esta disposición y ya desde los últimos años asumen con permisividad a lo que se dice en la Federación, con la instrucción de que el trabajo continué así como se venía realizando y a meses de iniciada la pandemia el sector educativo no previó ninguna acción para poder afrontar lo que se avecinaba.

730 días después – de los cuales 420 serían en la escuela – es decir dos años a la confirmación del primer caso de Covid en nuestro país las aulas de educación básica en el país no sufrieron ninguna fase de organización o modificación organizacional en espera de lo que sucedería semanas posterior al anuncio como lo fue la ampliación del periodo vacacional de semana santa de 2 a 5 semanas y con ello el inicio del prolongado confinamiento de meses, fueron semanas que siguieron sin preparación alguna al anuncio de ahí viene el Covid, así en Abril de 2020 la realidad se impuso, no hubo regreso de vacaciones y dio comienzo la fase de quedarse en casa y tratar de llevar la escuela a ella, con ello el primer cambio de manera abrupta para las maestras y maestros, las niñas y los niños fue pasar de los espacios físico en la escuela que representa libertad, alegría y la cotidiana clase en los salones para dar paso a encerrarse en casa en una situación de confinamiento jamás vista en los últimos años y con ello la escuela como se concebía se cerró.

 

En aquel lejano Febrero de 2020 no se previó que las prácticas educativas al interior de las aulas basadas en la presencia unipersonal del profesorado modificarían lo que por años se realizaba y que todo intento de virtualidad y distancia que alguna vez se hubiera visto en los planteles jamás se pensó como un ejercicio de preparación ante lo que estaba por suceder. Seguramente al interior de las mesas de asesores en la Secretaría ponderaron que la única vía para evitar el descarrilamiento del sector educativo fue encender la televisión y desde ahí, una voz magisterial dictara las acciones cotidianas de aprendizajes conectados a Aprender en Casa vía señal de Televisión y posteriormente vía internet, el resultado salta a la vista, cada espacio escolar, cada recinto familiar, cada integrante del sector educativo realizó acciones a su entender debido a la justificación de “no tener los recursos, tiempo, equipos y formas de llevar la Escuela en Casa”

 

17 meses después de aquel Marzo del 2020 se intentó con magros resultados el regreso presencial a clases en un intento de regresar a la normalidad – incluso el blog de la Secretaría Educación Pública en el país anuncia hoy en día que instituciones se van incorporando al sistema presencial de clases semana a semana- en el Estado de Morelos, las clases presenciales en los planteles comenzaron el 30 de agosto del año 2021, envalentonadas y en excesiva confianza las autoridades señalaron que los maestras y los maestros tenían ya su cubierto su esquema de vacunación completo para prevenir la gravedad de la enfermedad debido al Covid-19 el cual se ejerció de manera masiva en el mes de Mayo del 2021 a través el biológico Cansino y de otros según la edad que le correspondía representando una certeza según la autoridad que las maestras y los maestros pudieran regresar a clases, las consecuencias de esta acción son incuantificables debido a la opacidad en la información y que quienes expresaban sus temores ante lo que se vivía día con día quedaba en malos comentarios o parte de una estrategia para evitar que el sistema educativo educación básica en Morelos regresara a su normalidad.

¿Qué cambió en estos dos años con la presencia del Covid-19 en nuestras vidas escolares a la confirmación del primer caso? Cambios perceptibles como los fue la presencia permanente del cubrebocas, la ausencia de la cercanía física y sobretodo el miedo ante la incertidumbre de lo que podría suceder, sin embargo las prácticas escolares solamente tuvieron un ligero movimiento, el maestro ahora no se para frente a los niños, las maestras y maestros de pronto se plantaron frente a la cámara de un celular, frente al ojo digital de una computadora y algunos, los más avezados frente a micrófonos y cámaras profesionales para poder transmitir un video y disertar de manera oral el ejercicio a realizar o el aprendizaje que se esperaba obtener; no hay mucho cambio pasó de ser el actor presencial a intermediario entre una pantalla y el alumno .

 

¿Qué aportó la instancia estatal de Educación en Morelos para afrontar las consecuencias del Covid en las prácticas escolares? la respuesta es nada, igual se sumaron a la estrategia nacional de transmitir los contenidos a través de la televisión y que las maestras y los maestros fueran solamente los patrocinadores o los presentadores de dichos programas, desecharon la oportunidad de construir opciones de aprendizaje autónomas ligadas a las nuevas condiciones tecnológicas que vive el país desde hace años y se limitaron a reproducir los contenidos que estaban expuestos desde la Secretaría y a 24 meses que sumado al cambio gubernamental en la entidad podemos decir que la autoridad educativa estatal no tienen un logro concreto e innovador que presentar, si bien hicieron ejercicios sumados a la virtualidad pero un contenido novedoso que hayan generado no existió, el resultado es prácticamente nulo, así el resultado a la expectativa de no ser igual que los anteriores.

 

Finalmente como en toda batalla como en toda guerra, la primera línea de batalla es la que sufre las mayores bajas, hoy en día los niveles de deserción escolar están elevados a tal número como no se había visto en décadas, alumnas y alumnos con nombre y apellido han dejado la escuela y no se han sumado al regreso presencial, tampoco han tomado para así la opción que construyó la Secretaría de la educación virtual y/o a distancia sin que la autoridad educativa en la entidad a dos años presente una alterativa viable de respuesta para atender esta situación. Hoy “tenemos que agradecer por lo que tenemos” como lo dicta la guía del consejo técnico celebrada el pasado 25 de Febrero del 2022 en todo el país: así, es lo que tenemos hoy en día en el panorama educativo estatal, 24 meses han pasado y ningún resultado positivo se asoma, lo único que aprendimos fue a sumar a sumar y a sumar los números de los caído: los números de los enfermos y sobretodo los la lista de errores que han acompañado esta gestión educativa a nivel estatal y que desafortunadamente a nivel nacional no tiene nada que ofrecer.

 

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*Opinión de Francisco Román. Educador

mail. edufranciscoroman@gmail.com

Francisco Román es Cuernavacense de residencia. Analiza el acontecer educativo y social del país desde su óptica magisterial, es lector asiduo y mantiene conversaciones culturales con distintos actores sociales en la entidad Zapatista. Cree fervientemente en el libro.

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